En agosto de 2004, en un rancho llamado El Tinieblo,
propiedad de Tomás Yarrington, se reunieron el entonces gobernador de
Tamaulipas y quien sería su sucesor, Eugenio Hernández Flores, con los
narcotraficantes Heriberto Lazcano Lazcano, jefe de Los Zetas, y Eduardo
Costilla Sánchez, líder del Cártel de Golfo.
Eran las postrimerías del periodo gubernamental de
Yarrington y en esa reunión se decidió que el Cártel de Golfo
designaría a los jefes de policía y otros funcionarios encargados de la
seguridad del estado en el nuevo gobierno de Hernández, mientras que Los
Zetas nombrarían al director de las cárceles de Tamaulipas.
Yarrington le dijo a Hernández que debía ayudar a los
narcotraficantes y que él había trabajado "siempre muy bien” con el
Cártel del Golfo.
El episodio fue relatado por el declarante El Pitufo
(nombre en código del testigo protegido). Aparece en actas judiciales
incluidas en el expediente del proceso de extradición de Yarrington en
Italia, a una de cuyas partes tuvo acceso este semanario.
El del Pitufo es uno de los testimonios que, según la
acusación, reconstruyen de primera mano el presunto pasado criminal de
Yarrington. De hecho, la sentencia 18/17 de la Sección Primera de la
Corte de Apelaciones de Florencia acredita dichos testimonios como
detallados y coincidentes en la descripción de hechos que imputan al
exgobernador de Tamaulipas.
TESTIMONIOS
De acuerdo con los jueces florentinos, existe convergencia
en las declaraciones judiciales de los testigos Ángeles, El Pollo,
Pedro, El Pitufo, Yeraldín y Rufino. Se trata de testigos aportados por
Estados Unidos y México, cuyos gobiernos piden la extradición del
político priista desde que éste fue arrestado en abril pasado en Italia.
Los jueces consideran que la documentación aportada por
ambos países resulta en "un elevado grado de concreción probatoria”.
Señalan que los delitos presuntamente cometidos por Yarrington son
"agravados” por el hecho de que poseía un papel público primario.
Así también lo pone de manifiesto la solicitud mexicana de
extradición, en la que –subrayan los jueces– han sido expuestos los
criterios de evaluación de las pruebas y los análisis, en particular en
lo referente a la credibilidad de los testigos Yeraldín, El Pitufo y
Rufino. Incluso, afirman, Ángeles ha demostrado tener un conocimiento
específico y directo de los hechos y de las personas a las que en varios
momentos de su testimonio describió físicamente.
Con ello, los jueces desecharon uno de los argumentos de
la defensa de Yarrington, según el cual esos testimonios son parciales,
contradictorios y poco fiables.
Por ejemplo, los jueces señalan que el testigo Óscar
realizó una descripción precisa sobre la manera en que Yarrington
recibió dinero para favorecer al Cártel del Golfo.
Consideran que la documentación transmitida por las
autoridades mexicanas es plenamente idónea para explicar las razones por
las que probablemente Yarrington cometió los delitos por los que se
solicita su extradición.
Además, la información enviada a Italia por los fiscales
de la Corte del Distrito Sur de Texas/Brownsville incluye las
declaraciones judiciales de un agente de la Oficina de Investigaciones
de Seguridad Nacional y de otro del Servicio de Impuestos Internos. El
primero se encargó de las averiguaciones relacionadas con las
actividades de reciclaje de dinero y tráfico de estupefacientes en
Estados Unidos, mientras el segundo analizó las violaciones de los
estatutos federales estadunidenses en materia financiera.
De ello emerge la radiografía delictiva de un hombre que
quiso ser presidente de México, pero que, según el expediente, acabó
vinculándose con algunos de los narcotraficantes más cruentos de México
–del Cártel del Golfo, Los Zetas y, por último, los Beltrán Leyva–,
primero para arraigarse en el poder y luego para enriquecerse. A cambio
de ello, no interfirió en los negocios de los capos, cooperó con ellos y
los avaló a expensas de la población.
ENTRAMADO FINANCIERO
El expediente relativo al proceso de extradición de
Yarrington incluye el contenido del acta de acusación desclasificada
B12435-S1 de la Corte del Distrito Sur de Texas/Brownsville. En este
documento se señala que en diciembre de 2004 Yarrington habría robado 60
millones de pesos producto de la venta de una propiedad pública
perteneciente a la ciudad de Nuevo Laredo.
Ese mismo documento indica que uno de los principales
colaboradores de ¬Yarrington, el empresario Fernando Alejandro Cano
Martínez –propietario de la empresa Materiales y Construcciones Villa de
Aguayo, S.A. de C.V.– presuntamente lo ayudó a emplear el dinero ganado
ilegalmente para adquirir propiedades (inmuebles, vehículos e incluso
un avión) en Texas.
El encausamiento judicial de la Corte de Texas indica que
Yarrington utilizaba una parte de ese dinero para mantener a su amante
Sindy Chapa y a los hijos nacidos de la unión de ambos.
El documento hace referencia al presunto entramado
financiero creado por Yarrington en Estados Unidos: una mezcla de
testaferros, empresas pantalla e incluso un complejo esquema de
transferencias de dinero. En este último caso, cada transferencia no
excedía los 10 mil dólares para evitar ser detectada. También utilizaba
proveedores de cambio de divisas especializados en clientes comerciales.
En 2012, ya en la cuerda floja, Yarrington habría planeado
huir de Estados Unidos, abandonando a su amante y sus propiedades. Una
comunicación de la División Criminal del Departamento de Justicia, con
fecha del 10 abril pasado, sugiere que el exgobernador huyó a México en
marzo de ese año cuando supo que era investigado por las autoridades
estadunidenses. Pero antes ya había realizado viajes a Europa. De
acuerdo con esta comunicación, hay constancia de viajes de Yarrington a
Madrid en septiembre de 2009, en abril y julio de 2011 y en febrero de
2012; y a París en agosto de 2010.
Según esta comunicación, había cierta lógica en que
Yarrington pensara huir a Europa, pues poseía en ese continente una
amplia red de contactos que desarrolló gracias a sus actividades
ilícitas y en virtud de la posición que había tenido como gobernador.
Además, ha usado pasaportes falsos y seudónimos. No sólo eso, la
comunicación del Departamento de Justicia estadunidense advierte al
Ministerio de Justicia de Italia que si deja libre a Yarrington, éste
huiría del país para evitar la extradición.
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